domingo, 25 de octubre de 2015

No, yo es que sólo tomo lo que me interesa y lo demás lo desecho

Es lo que te responderán muchas personas que están metidas en terapias mágicas que incluyen algún tipo de deriva espiritual, como la bioneuroemoción o biodescodificación, las constelaciones familiares, los chakras, el reiki... El espíritu es como un cajón desastre en el que se pueden mezclar ideas  deslavazadas según nos convengan para un momento particular de nuestra vida. Es curioso que personas que dan tanta importancia al espíritu lo traten con tan poco criterio que lo conviertan en un batiburrillo desestructurado de ideas, la mayoría de las cuales no hay por dónde cogerlas porque, tal vez, las bases de las mismas entran dentro de lo que "desechan" porque no les cuadra.

El caso es que cualquier asunto en el que puedas tomar unas cosas y dejar otras ya deja patente su poca verosimilitud, y muchas veces una gran hipocresía.

En ciencia, por ejemplo, no se desechan las cosas arbitrariamente. Si alguien dice estar hablando de ciencia y vosotros consideráis que esa parte no os interesa y la podéis desechar, entonces no os está hablando de ciencia, está hablando de otra cosa. Porque tú no puedes desechar las sumas en Matemáticas, ni la circulación sanguínea en Medicina, ni las puertas lógicas en Tecnología. No puedes desechar la física newtoniana en Física, ni la evolución en Biología. Si lo haces, te estás cargando una parte fundamental sin la cual la materia no estará completa, y cualquier cosa que aprendas adolecerá de una base consistente.

Pongamos por ejemplo la bioneuroemoción, que es la que mejor conozco. Buena parte de su deriva espiritual parte de un concepto erróneo de física cuántica, según el cual si un observador mira unos electrones, estos colapsan, y si no, no. Se deduce, según ellos, que uno crea su propia realidad. El asunto es que dicho concepto es falso, y cuando se lo explicas a alguien y le haces comprender que la física no dice ni ha demostrado nada de lo que ellos piensan, entonces es cuando te sueltan el inefable: "Yo cojo lo que quiero y lo que no me interesa lo dejo". Y deciden, en consecuencia, aceptar la conclusión (que ellos crean su realidad) y rechazar el razonamiento que llevó a esa conclusión, porque es muy incómodo encontrarse con gente de ciencias que sabe más que tú y que te lleva la contraria.

Estamos, pues, frente a personas que creen en algo porque suena bien, porque da una perspectiva distinta de la vida y les induce a cambiar para mejorarla. Pero su base, al ser falsa, es tan precaria que, sin tener ningún fundamento al que aferrarse, estas personas pueden caer tan rápido como subieron.

No existe ninguna duda de que influimos en lo que nos rodea, especialmente en las personas. Si somos desagradables, nos quedaremos solos; si somos comprensivos y sabemos escuchar, ganaremos afectos; si somos alegres o tristes atraeremos a diferentes tipos de personas. La base de esto no es la física cuántica, es la interacción humana, la Psicología. Del mismo modo, si encendemos y apagamos innumerables veces una bombilla es más fácil que se funda; si prendemos fuego a un contenedor, lógicamente arderá; si nos emborrachamos y conducimos, podremos romper un muro, dañar un árbol o matarnos. Así que sí, nuestro comportamiento también influye en nuestro entorno, y esto no tiene que decírnoslo ningún gurú iluminado.

El problema es cuando te dicen que hay obras en tu calle porque tú has creado tu realidad, que alguien ha entrado en tu casa a robar porque tú lo has pedido, que se te ha fundido la tele porque tu inconsciente lo ha provocado para decirte algo. Y aducen que la base es la física cuántica. Pero dado que la base no es esa ni mucho menos, la afirmación no es más que una explicación gratuita, sin sentido, que hace que mucha gente se pregunte qué está haciendo mal para que su inconsciente se comporte de manera tan molesta. Y sufren inútilmente por ello.

Por eso, cuando desechéis algo porque no os gusta, pensad en todo lo que se concluía a partir de ello y desechadlo también. Construid una inteligencia emocional fuerte, consistente, basada en hechos claros y contundentes. Sólo así podréis hacer frente a la vida sin ansiedades absurdas, preocupaciones inventadas y, sobre todo, culpabilidades dañinas.

martes, 20 de octubre de 2015

El becario de la sección de marketing

¿Quién no se ha dado cuenta nunca de esos trucos de marketing que consiguen que fijes tu atención en un producto y, en ocasiones, te vendan lo mismo de siempre pero como si fuera lo más revolucionario que ha parido el Universo? Seguro que a todos nos suenan los eslóganes "nuevo sabor", "ahora enriquecido con vitaminas", "anunciado en televisión", o incluso con términos completamente sin sentido pero que lo hacen parecer más molón, como "con oxiaction", "bio-loquesea", "con tecnología infrarroja" o mi favorito desde que era pequeño y estaba aprendiendo algo de aeronáutica, un limpiador "con F-22". Un ejemplo práctico en el minuto 54 de este vídeo:


Bien, todos estos son ejemplos de lo que podemos llamar "el becario de la sección de marketing". Tenemos un producto que generalmente es invendible en su ámbito de mercado, pero cuando eso ocurre, podemos echar mano del genio de la mercadotecnia, un becario creativo que sabe cómo funciona la mente de la gente. Sabe que lo que suena exótico atrae, que lo que suena científico suena más confiable, que lo que se prefija "bio" suena a que tiene que ser bueno por narices. Tú le das un bloque de basura, él le pasa un pincel blanco haciendo una V y lo vende como "biotecnomemorias holísticas". Y le añade un "cuánticas" de propina, que siempre queda bien y además nadie quiere parecer el tonto de la clase y decir que no entiende qué significa. Si le descubren el truco, lo pasa por la licuadora, lo perfuma con colonia barata y obtiene lo que te venderá como "Kompost Energetika Milenaria 2000". Supongo que vas pillando la idea.

Aquí va una lista (no exhaustiva) de sus trabajos:

Cura sana, culito de rana + marketing = Homeopatía
Estelas de avión + marketing = Chemtrails
Pedruscos + marketing = Orgonitas
Meditación + marketing = Mindfulness
Asesoría + marketing = Coaching
Estiramientos + marketing = Yoga
Imposición de manos + marketing = Reiki
Ser hippy + marketing = Ho'oponopono
Frenología + marketing = Morfopsicología
"No encuentro la forma de defender mi ocurrencia" + marketing = "Lo que sea" cuántico.
"Quiero venderte algo que no funciona para tratar tu enfermedad" + marketing = Medicina alternativa.
"Lo mismo que el de antes pero sin que me puedan perseguir legalmente y, de paso, aprovecharme de que la medicina de verdad le funcionará al paciente pero luego dirá que ha sido gracias a mí" + marketing = Medicina complementaria.
"Lo mismo que el de antes pero con montones de mis ocurrencias" + marketing = Medicina holística
"Lo mismo que el de antes pero que parezca que tengo más estatus" + marketing = Medicina integrativa.

Así que ya sabéis. Sólo por ponerle "bio" delante a cualquier otra ocurrencia, seguramente muchos lo verán como la repanocha en verso. Mucho ojo.


domingo, 11 de octubre de 2015

Perplejidad

De las muchas emociones que me han embargado desde que escuché por primera vez la palabra ciencinazi, entre ellas impotencia, incredulidad, asombro, tristeza, enfado, desesperanza, indefensión, etc, la que predomina es la perplejidad. Y es que quizá, y sólo quizá, yo entro en la definición de esa palabra recién acuñada que seguramente no sabe ni a quién engloba. Supongo que a todo aquel que te pide pruebas de algo que afirmas. No lo sé.

Mi perplejidad es producto de comparar a los nazis con mi trayectoria de los últimos dos años, y no acabar de dar con la relación. Os cuento.

Un día cualquiera, una amiga me dijo que un perro tenía otitis porque su dueño no sabía escuchar. También, que una perra se había curado de su supuesta paraplejia porque su dueña se había desahogado hablando de sus problemas de pareja. Mi primera reacción fue de incredulidad, pero me callé porque tal vez estaba equivocada yo. Eso nunca lo piensan ellos, los crédulos. Somos los incrédulos o escépticos los que pensamos y dudamos. Sin saberlo, yo ya era escéptica, así que dudé. Y entonces me dije: pues voy a buscar información, porque esto suena muy raro y no quiero que engañen a mi amiga. Bueno, todo esto fue mucho más complicado, pero consideradlo un resumen en aras de la claridad.

Así fue como yo, profana absoluta en ciencias pese a haber cursado una ingeniería, me puse a leer, a escuchar, a investigar. Aprendí que hay una cosa que se llama rigor. Aprendí que hay una famosa frase de Sagan que dice "afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias", o algo así. Fijaos que ni me la sé, como buena profana que soy. Aprendí que la ciencia busca esas pruebas, que busca la puesta en común, el consenso y la suspensión del juicio hasta que haya suficiente evidencia como para, quizá, desarrollar una teoría a partir de cierta hipótesis previa.

También me topé con otro tipo de científicos. Hablo de científicos, no de ciencia, porque la ciencia es producto del método científico, y el método científico no es lo que hacen estos científicos. Son científicos que afirman algo y están tan seguros de que lo que dicen es verdad, que practican el cherry picking día sí y día también, o tal vez enuncian algo, ven una correlación (que no causalidad) cualquiera y ya aseguran que lo que dicen es cierto, publican artículos y libros y se frotan las manos esperando beneficios.

Y los reciben. Vaya si los reciben.

En el caso que me atañe, es decir, el del perro con otitis cuyo dueño no escuchaba, mi investigación me llevó a Hamer. Por cierto, un nazi (de los de verdad, antisemita y todo eso). Hamer estaba en el origen de aquella afirmación, y busqué, como es lógico, pruebas de sus aseveraciones. Cuál no sería mi sorpresa al ver que no había ninguna. Encontré a mucha gente diciendo que había muchas pruebas, pero no hallé ni una prueba de las que presumían, a saber: un montón de seguimientos a pacientes (¿dónde, quiénes?), un comunicado de Siemens afirmando que ciertos artefactos del TAC no lo eran (falso, el comunicado no dice eso), un montón de gente curada (¿dónde, quiénes?). Olía a chamusquina, sobre todo cuando leí que ese médico afirmaba que un tumor que crece es que está en fase de cura, o que el tumor cerebral no existe, que es una cicatriz de otro cáncer que se está curando en tu cuerpo. Y más aún cuando vi la gran cantidad de personas que murieron a manos de este hombre. También leí que Hamer era considerado un charlatán por la comunidad científica y que había sido inhabilitado como médico. Tras todo lo que fui descubriendo, deduje que la "comunidad científica", sin saber muy bien qué era eso, tenia buen criterio (corroborado después en casos similares), y que si un médico es inhabilitado es probable que haya una poderosa razón detrás, y no sólo una conspiración de las farmacéuticas (también corroborado después con otros casos).

Encontré que hay una gran cantidad de ciencicidas: personas que peroran sobre unos supuestos descubrimientos científicos que no existen, que se llenan la boca de términos científicos (como física cuántica) sin conocer su significado real y sus implicaciones y que se los inventan, que pregonan sus ideas extraordinarias sin el menor respaldo experimental en el que basarlas. También me topé con una gran cantidad de personas que se creían esas cosas. Yo me preguntaba cómo era posible, cuando la mayoría de las afirmaciones escapaban al sentido común y a lo ya conocido. No pasa nada si se afirma algo extraño y existen pruebas que lo avalan, pero creérselo sin pruebas es propio de los niños que creen en Papá Noel. Defender algo con uñas y dientes, sin pruebas, es como defender la existencia de las hadas y los unicornios sin haberlos visto nunca o que el cuerno de un rinoceronte cura enfermedades. Aprendí lo que era el amimefuncionismo, aprendí lo que eran los sesgos cognitivos, aprendí lo que era la credulidad, la desesperación de las personas enfermas, la necesidad de creer. Aprendí que para muchas personas razón se opone a emoción, y demonizan la primera, que es la que nos hace personas. 

Y ya está. Aprendí todo eso, y me convertí en una ciencinazi. Sólo por tener en cuenta esas cosas, sólo por aprender a distinguirlas y a valorarlas. Sólo por intentar que mi entorno las aprendiera conmigo, porque el conocimiento es para compartirlo, no para quedárselo uno.

No me importaría si la palabra no fuera tan claramente peyorativa. Pero me importa. Me importa que se llame nazi a alguien que no quiere que los demás sean engañados por estafadores, que quiere que la gente piense por sí misma, que no cree en elegidos ni en iluminados, que cree que el avance es cosa de todos, y no de cuatro listillos que venden su edulcorada versión en packs de cursos de 3000 euros.

Si es esa la opinión que tienes de un nazi, háztelo mirar.

martes, 6 de octubre de 2015

Papeletas

«Pues fíjate: otros se pasan la vida fumando y no les pasa nada, y éste que nunca ha fumado, toma cáncer de pulmón.»

Que levante la mano quien no haya oído o dicho la anterior. No es raro creer que un estilo de vida "te protege" contra el cáncer. Por todas partes estamos bombardeados por varias industrias (literaria, alimentaria, de complementos nutricionales, de deportes...) que no pierden la oportunidad de aprovecharse de la histeria colectiva que rodea el cáncer. Por supuesto, la gente que además cree en "energías" o "karmas" o en el origen emocional de las enfermedades tendrán ciertas losas adicionales sobre sus cabezas, al verse obligados a pensar en "qué han hecho para merecer esto".

Recientemente me he cruzado con este artículo: "John Wayne y las otras 90 muertes por cáncer de aquel rodaje en Utah". El artículo comienza muy interesante, hablando de un rodaje cerca de un campo de ensayo de armamento nuclear, y de cómo tuvo como funestas consecuencias una serie de muertes por todo tipo de tumores. Lo que me llamó la atención del artículo, más allá del amarillismo en sí de la noticia, fue:
"Aquel mismo año [1956], el compositor de la banda sonora, Victor Young, murió a causa de un tumor cerebral. A lo largo de 1963, el director Dick Powell falleció a causa de un linfoma y el actor Pedro Armendáriz se suicidó de un disparo tras averiguar que sufría un cáncer de riñón terminal. En 1974, Agnes Moorehead perdía la vida por un cáncer de pulmón. En 1975, la protagonista, Susan Hayward, tenía el mismo final por un tumor cerebral. En junio de 1979, víctima de un cáncer de estómago que se extendió al hígado y el páncreas, John Wayne. En 1991, John Hoyt, por un carcinoma de pulmón. Así, hasta 91 de las personas, de las 220 que participaron en el rodaje en el desierto, contrajeron cáncer y murieron durante los siguientes 30 años, 46 antes de 1980."
Y, en fin... parece bastante osado atribuir todos y cada uno de esos casos de cáncer (incluidos los que aparecieron más de diez años después, no digamos ya los de cuarenta años) al rodaje.

La psicooncóloga Tània Estapé lo explicaba estupendamente en un comentario reciente y no cabe más que subrayar cada palabra. El escenario es el siguiente: vivir causa cáncer. Es más: si estamos aquí (como especie), es gracias a las mismas mutaciones que en ocasiones acaban degenerando en cáncer.

No sólo me refiero a que haya cosas de nuestro día a día que (real o presumiblemente) causen cáncer. La lista sería tan larga que casi se puede abreviar enumerando todo lo que no lo haría. No podemos olvidar que vivimos en un pedrusco espacial que contiene en su corteza cierta parte de sustancias radiactivas. Que la luz solar que baña la vida en la Tierra desde su inicio es mutagénica. Que el oxígeno que respiramos oxida, y esa oxidación genera radicales libres, que son mutagénicos (¡y ojo, que en ocasiones nuestras propias defensas también usan esa misma reacción para destruir a malvados invasores! Un exceso en la toma de los "antioxidantes" de moda podría mermar dicha capacidad). No podemos olvidar que, desde nuestra propia estrella hasta la otra punta del espacio se están generando partículas hiperenergéticas que nos permean constantemente, y nada evita que puedan chocar contra una parte en concreto del ADN de una célula que ya tuviera estropeadas ciertas partes, haciéndola degenerar en un tumor. Es más, alguno hasta aventura que la "materia oscura", si fuera de cierto tipo, también causaría cáncer.

Al final del día, lo que podemos tener claro es que lo único con lo que contamos es con una serie de papeletas para contraer cáncer. Muchas de ellas nos las regalan al nacer, en forma de defectos genéticos heredados que nos predisponen a sufrirlo (predisponer no es tenerlo con seguridad, pero sí con más facilidad que otras personas que no lo tuvieran). Otras ya hemos visto que las recibimos por el mero hecho de estar suscritos al club de los terrícolas. o el de los "habitantes de este Universo". Por supuesto, un factor importante es el ambiente en el que vivamos (¿polución ambiental? ¿detonación cercana de bombas nucleares?), que también nos aporta unas cuantas papeletas más. Algunas que no hemos comentado (como ciertas infecciones). Y, finalmente, el estilo de vida (que a su vez puede venir "predispuesto" de nuevo por otra serie de papeletas genéticas, como una facilidad para caer en adicciones, o socioculturales, por modas absurdas). Por supuesto que hay que cuidarlo para minimizar el número de papeletas en nuestra contra, pero aunque las reduzcamos a 0 (dieta equilibrada, nada de alcohol o tabaco, ejercicio moderado... lo de toda la vida, vaya), seguiríamos teniendo todas las demás.

Hay una buena noticia: por todo lo anterior, seguramente todos estamos desarrollando cánceres con cierta frecuencia. Ésa no es la buena noticia, ése es un hecho. La buena noticia es que también hay papeletas a favor nuestro: por lo general, las células tumorales están tan estropeadas que se acaban estropeando del todo y no llegan a ninguna parte. Otras se reparan. Otras son eficientemente marcadas por nuestro propio sistema inmune (probablemente a medio plazo veamos un auge de técnicas de inmunología contra el cáncer; vivimos tiempos maravillosos). Otras no llegarán a conseguir arraigarse a algún lugar de donde puedan obtener los nutrientes necesarios, y quizá quedarán en algún rincón de nuestros cuerpos a la espera de mejores épocas, sin llegar a crecer jamás. Otros, los pocos, la minoría, son los que van a darnos mucho la lata a los desafortunados a los que todas las papeletas a favor y todas las papeletas en contra terminen con un resultado desagradable para el poseedor.

Reincidiendo: actualmente probablemente se está pecando de un alarmismo excesivo contra supuestas causas de cáncer. Quizá incluso se estén sobrediagnosticando tumores que jamás llegarían a causar un problema real a su portador (y por supuesto, a priori a nadie le gusta tener una bomba de relojería dentro, así que esperemos que la medicina avance lo suficiente para poder decidir mejor cuándo hace falta intervenir y cuándo no es realmente necesario). De hecho, seguramente muchos de los "curados" por pseudoterapias se trata de este tipo de agraciados, en los que el tumor no iba a suponer un problema real con "tratamiento" o sin él. Quizá haya causas de cáncer muy usuales que estamos pasando por alto por ser menos evidentes. Quizá estamos quejándonos del tabaco mientras conducimos un diésel, o quejándonos de un herbicida mientras fumamos. O quizá estemos respirando, sin más. Quizá alguien nos intente relacionar el cáncer con circunstancias vitales tan comunes que son imposibles de evitar, sin pensar en que tiene tanto sentido "tengo un cáncer porque me enfadé con un familiar" como "tengo un cáncer porque iba vestido" (seguramente, siempre que alguien ha desarrollado un tumor ibas vestido; las correlaciones con circunstancias usuales son así de engañosas).

Como fuere, el mundo de la oncología es un campo terriblemente complejo. Tanto, que lo único seguro es que si te están vendiendo un remedio simple para curarte, es que te están mintiendo. Desgraciadamente, cuando te venden esos remedios probablemente estés desesperado y pienses que cuantas más papeletas a tu favor, mejor. Aunque luego esas papeletas no sean válidas y le des tu dinero (y dediques tu tiempo) a sus tomboleros... A ellos siempre les toca.

Lectura recomendada: http://elpais.com/elpais/2015/10/01/ciencia/1443697852_761245.html

miércoles, 17 de junio de 2015

Sanación por armónicos

Hoy va sobre los


El texto que acompaña el panfleto dice así:

¡Taller de aportación voluntaria!
El canto armónico consiste en la posibilidad de cantar simultáneamente dos o más notas musicales con nuestra voz. Estos sonidos puros suenan como flautas por encima de la voz del cantor. Es una técnica muy poderosa que se ha utilizado en muchos lugares del planeta, desde tiempos remotos, con fines sagrados, lúdicos y para la sanación. En Terapia de Sonido está considerado como el sonido con mayor poder terapéutico.
Mediante el empleo regular de estos sonidos, podemos empezar a vibrar de manera más rápida, a un nivel celular o molecular. Esto recibe el nombre de “subir la frecuencia”. Un índice de vibración más elevado crea mayores espacios entre las células, lo que las hace menos densas, evitando que las energías negativas se nos adhieran fácilmente.
Este curso está orientado a conocer las posibilidades que tiene nuestro cuerpo de emitir sonido, experimentar los beneficios que tiene el canto de armónicos en nosotros mismos y adquirir los conocimientos prácticos y teóricos para desarrollar mayor sonoridad. También nuestra voz así como nuestra capacidad pulmonar van a beneficiarse de este aprendizaje.
En este curso se estimularán: la sensibilización de nuestro oído para percibir mejor la gama de armónicos; la consciencia de las cavidades bucal, nasal, faringe y pulmonar para la resonancia de nuestro cuerpo y la mejor emisión de sonidos armónicos.
TEMARIO:
- Beneficios del canto de armónicos
- Prácticas para desarrollar la sonoridad con el tiempo
- Técnicas básicas para la emisión de armónicos vocales
- Resonancia de los chakras con la voz
- Vocales y Consonantes que potencian los armónicos
- Canto grupal
- Improvisación y escucha activa con instrumentos
Para realizar este taller no es necesario tener conocimientos previos
IMPARTIDO POR: ################: Terapeuta de sonido. Especializado en Cuencos Cantores, cirugía astral y canto de armónicos.
FECHA: Domingo 10 de noviembre de 16:00 a 19:00
PRECIO: APORTACIÓN VOLUNTARIA
LUGAR: #################################
RECOMENDACIONES: Traer ropa cómoda y bloc de notas.
MÁS INFORMACIÓN: Tel.: #########

No voy a entrar a la parte de la resonancia de chakras, la cirugía astral, el sinsentido de «un índice de vibración más elevado crea mayores espacios entre las células, lo que las hace menos densas, evitando que las energías negativas se nos adhieran fácilmente» ni a plantear cuestiones como «si uno se pudiera sanar con el sonido, ¿por qué José Carreras tuvo cáncer? ¿Desafinó algún día?». Dejo para otro día los primeros temas y para el lector la reflexión de cuán voluble sería nuestra salud física si las vibraciones sonoras externas de frecuencias audibles influyeran (más allá de lo psicológico).

La cuestión que vengo a traer hoy a la palestra es un peligro (en realidad, dos) que la gente desconoce o minimiza y del que es fácil aprovecharse para manipular a la gente para que haga cosas que en realidad no quiere (como, por ejemplo, incrementar la aportación voluntaria o apuntarse a otros talleres).

Supongo que tengo que empezar diciendo que llevo tocando la trompeta desde los seis años. Dado que tengo treinta y tres, son veintisiete años aprendiendo a respirar y emitir el aire adecuadamente, a vibrar el labio para producir sonidos con más armónicos (qué bonito suena lo de armónicos, sólo es la multiplicación de la frecuencia fundamental de una onda: vibrar el doble de veces, el triple, etc.) y conseguir mayores resonancias en la trompeta (que también suena precioso lo de resonancias, y es conseguir emitir la frecuencia a la que otro objeto vibra, haciéndolo vibrar por simpatía).

Como decía, incluso dando por válido el sinsentido de que sea curativo (presiones de aire sanando el cuerpo... si fueran ultrasonidos irían bien para romper piedras del riñón, sí), hay que ir con MUCHO cuidado a la hora de respirar profundamente y consecutivamente, y al emitir notas de larga duración.

Hay dos motivos fundamentales para ello:

1) La hiperventilación: Si no estás acostumbrado a cantar o tocar algún instrumento de viento y te fuerzas (o te fuerzan) a inspirar grandes cantidades de aire en periodos cortos y expirarlas en periodos largos, vas a empezar a notar un ligero mareo, una ligera sensación de euforia (similar a la del "puntito" cuando se va borracho) por la cantidad de oxígeno inusual que está saturando tu sangre y desplazando la carga normal de CO2. Esto, que puede sonar muy a la moda "detoxicante", genera realmente un menor grado de alcalinidad en la sangre (la vuelve más ácida), lo cual a su vez puede provocar si se continua con la práctica hormigueos, sensación de frío/calor, calambres, "flojera", palpitaciones y que la visión se vuelva un tanto neblinosa, aparte del mareo mencionado.

2) Las notas sostenidas (y en general toda acción que sea repetitiva, mecánica y que excite algún sentido) pueden inducir un estado de trance, en el que rebajamos nuestras "defensas conscientes" y nos volvemos más irracionales.

Si sumamos estos dos factores, nos encontramos con que este tipo de ejercicios pueden dejarnos en un estado bastante alto de indefensión ante cualquier tipo de manipulación mental (peticiones coercitivas o simples sugestiones que hacen que parezca que cierta acción o pensamiento surge de nosotros y no ha sido impuesta). No es sólo por casualidad un mecanismo bastante típico de captación en sectas (para saber más al respecto, lean "Las sectas entre nosotros" de Margaret Thaler Singer).

En cualquier caso, un consejo: a poco que te sientas en un estado similar al descrito anteriormente (y el primero será seguro el ligero mareo), PARA. Lo estás haciendo mal, estás forzando la maquinaria hacia un estado de exceso de oxigenación en sangre. Y si alguien te dice que no, que eso es justo que lo estás haciendo bien, lárgate de ahí porque o es un ignorante o te está intentando timar y en cualquiera de los casos encima está jugando con tu salud.

Mucho ojo.

Para más referencias, http://www.fundacionconciencia.com/fundacin-conciencia-tenga-cuidado-con-la-hiperventilacin/

sábado, 13 de junio de 2015

El futuro ya está aquí... y no es lo que esperabas

Cuando hace un par de años empezábamos a introducirnos en el conocimiento de las pseudociencias, los peligros que entrañan y lo seductoras que resultan para la población, pensaba que Emilio exageraba cuando decía que le daba miedo que eso llegara a los hospitales en un futuro no muy lejano. Se imaginaba una situación en la que un enfermo de cáncer acudiera a su médico de cabecera y este le recetara homeopatía o bioneuroemoción. Yo intentaba imaginar la misma situación y lo conseguía, pero no dejaba de considerarla harto improbable, y desde luego creía que no llegaríamos a verlo en caso de que ocurriese.

Y sin embargo, ya está sucediendo.

Ahora, vas al médico de cabecera, sales de la consulta con una receta, y cuál no será tu sorpresa cuando llegas a casa y ves la composición: es homeopatía y nadie te ha advertido de ello. Te has ido a casa con un caramelo, te han tratado por tonto, y tú ni te has enterado.

Ahora, vas al psicólogo porque necesitas ayuda para gestionar tus problemas emocionales, y te encuentras con un cantamañanas en el que deberías confiar plenamente y que te dice que tu familia es tóxica porque te duele una mano.

Ahora, vas a un médico porque tienes cáncer, y si tienes la suficiente mala suerte, te recomendará que te adhieras a la Nueva Medicina Germánica, pero a escondidas, que no se entere nadie porque no es legal, aunque él lo recomienda porque cura igual y evita los efectos secundarios de la quimioterapia.

Esto sucede hoy, ahora, en este momento. El futuro ha resultado estar más cerca de lo que parecía, y ahora somos nosotros, gente de a pie sin mayores conocimientos en temas médicos, los que tenemos que supervisar los tratamientos que nos recomiendan, porque la pseudociencia se está merendando a nuestros profesionales. De pronto, ya no podemos confiar en ellos. ¿Qué ocurre en una sociedad que no puede confiar en su personal sanitario? ¿Qué ocurre cuando vas al médico pensando: "espero que no me recete homeopatía", cuando eso no deberías ni planteártelo si ellos supiesen lo que hacen?

Resulta descorazonador formar parte de una sociedad en la que los que han de hacer gala de los mayores conocimientos, caen víctimas de las conspiranoias, la falacias y las creencias mágicas. Nos deja completamente desprotegidos precisamente cuando más vulnerables somos.

lunes, 8 de junio de 2015

Filtros estropeados. Carta abierta a Jaume Barberá y a Laura Baladas, y a todos los que manejan los filtros.

Hace veinte años, un médico alemán llegó a España con la peregrina idea de que los tumores eran una señal de que el cuerpo se estaba reponiendo de un shock emocional y que, por lo tanto, había que mantenerlos sin tratamiento ni paliativo alguno: en cuanto superaras el shock emocional, según él, te curarías y el cáncer remitiría. Ya había aplicado su "método" (con el fatídico resultado esperable) en su propia esposa, y lo aplicaría muchas veces más en otros países, entre ellos el nuestro.

Si después de leer esto no se te han puesto los pelos de punta, quizá no has acabado de visualizar el problema. Quizá te ayude a entenderlo en su profundidad viendo la evolución de una de sus pacientes, Michaela Jakubczyk-Eckert, junto con la historia que le llevó a su final. Te advierto de la crudeza de las imágenes:
http://www.ariplex.com/ama/amamiche.htm

Voy a traducir el último párrafo de la crónica:
Michaela sufría un dolor tan terrible, estaba tan enferma, que tuvieron que llamar a un médico, quien inmediatamente ordenó que la llevaran a un hospital.
Nunca antes el personal del hospital había visto semejante miseria. Una podredumbre humana de la que sólo quedaba piel y huesos.
Una mujer con la parte superior de su cuerpo abierta, con su espalda abierta, completamente podrida, apestando por la carne putrefacta.
Michaela soportó dolores infernales. A pesar de los más potentes analgésicos gritaba de dolor. Desgarraba con sus gritos el lugar al completo.
Vivió sólo cuatro días más, y murió el 12 de noviembre de 2005, dos días antes de cumplir 41.
El médico se llamaba Hamer (sólo con una "m", mucha gente lo escribe mal), y bautizó su "método" como "Nueva Medicina Germánica".

Esta horrible historia tuvo su contrapartida en España, con Helena Lumbreras como una de sus víctimas indirectas, a manos de un médico español que siguió los pasos de Hamer, Vicenç Herrera. Hay un buen puñado de referencias de hemeroteca, y algún repaso riguroso a la devastación que causó la "Nueva Medicina Germánica" durante su período en España, que te invito a ver antes de seguir adelante. Por ejemplo:
http://elpais.com/diario/1995/08/09/sociedad/807919203_850215.html
https://labusqueda2013.wordpress.com/2013/11/02/nueva-medicina-germanica-desmontando-a-hamer/
https://thetuzaro.wordpress.com/2012/01/23/el-paso-por-espana-de-la-nueva-medicina-germanica-i/
https://thetuzaro.wordpress.com/2012/01/26/el-paso-por-espana-de-la-nueva-medicina-germanica-ii/

Como habrás podido leer, aparte de con Helena Lumbreras, aparentemente el caso se saldó con un médico muerto (el doctor Fermín Moriano, por autoaplicarse dicho método), otro expedientado (Vicente Herrera) y Hamer con el título retirado y en prisión durante una temporada.

Hubo otras víctimas durante aquellos años, por supuesto, en otros países, y también en España. Muchos ya no lo recordarán (yo no lo hago, quizá tú sí), pero hubo una controversia fuerte por la aparición de Hamer y su "método" como invitado en el programa de la cadena pública TVE2 "Preguntas y respuestas". En el programa, conducido por Adelina Castillejo, además de explicar su "Nueva Medicina Germánica", aparecía un testimonio de Ana Pena, que formaba parte del equipo asesor del programa (y presumo que es parte de la causa de que Hamer estuviera en dicho programa) y declaraba haber sido curada de su cáncer con esta "terapia".


Ana Pena moriría unos tres años después de la emisión del programa. Cuando se emitió, no había ningún tipo de cargos en España. Sin embargo, hubiera bastado un contraste médico previo de los fundamentos de la "Nueva Medicina Germánica" (o más bien, la carencia de los mismos) para que este mal no se hubiera instalado y medrado en nuestro país o, al menos, para que no se hubiera aprovechado del prestigio que confiere un medio de difusión masivo en la población.

Quiero romper en este punto una lanza por Ana Pena: en un momento de vulnerabilidad tan grande como el de padecer un cáncer, máxime en aquellos años, con la dureza que implicaba su tratamiento, es comprensible que la gente buscara alternativas y se agarrara a cualquier clavo ardiendo. Sobre todo si dicho clavo tenía una apariencia más benévola que el "tratamiento ortodoxo"; hablamos de una época en la que la quimioterapia estaba mucho menos desarrollada y su repercusión era mucho más dura que la actual. En definitiva, no es de extrañar que sucumbiera a los cantos de sirena de un "método" que no requiere cirugía, ni quimioterapia, por lo que evidentemente no cuenta con indeseables "efectos secundarios".

Pues bien. Decía antes que aparentemente, todo terminó con Hamer en prisión y sus seguidores desenmascarados y apartados de los puestos de responsabilidad médica. Aparentemente.

Volvamos al presente. La "Nueva Medicina Germánica" no sólo no ha desaparecido, sino que goza de mejor salud que nunca. El doctor Herrera sigue siendo una referencia en España en "Nueva Medicina Germánica":
http://zeteticismo.blogspot.com.es/2010/08/dignificar-el-sintoma-por-el-vicente.html
https://nuevamedicinagermanica.wordpress.com/?s=herrera
http://www.puntoceroterapia.com/spanish/index2.html

Y los lugares que hablan de esta pseudoterapia se han incrementado como setas ante el olvido y la inacción de los organismos que en su día le pusieron un coto que creyeron permanente. No voy a añadir demasiados ejemplos, ya lo he hecho antes; sólo hay que abrir tu buscador favorito y escribir "nueva medicina germánica": blogs, páginas de Facebook, charlas (¡algunas por parte de médicos!) y, de nuevo, muertes (algunas muy recientes, otras inminentes).

La Fundación Contra el Cáncer abrió en su momento una línea de acción contra las pseudoterapias llamada Helena Lumbreras como recordatorio. Tras cerrarla después de años sin movimientos dado que parecía no ser ya necesaria, está reconsiderando actualmente su decisión a la vista de los hechos. Ellos (la Fundación y la familia de Helena), que jamás pensaron que este daño pudiera volver, que creyeron que con la pesadilla de la gente que murió y el sufrimiento de sus familiares habría quedado todo bien claro, están asistiendo con estupor a este fenómeno. Ya no sólo es que haya vuelto Hamer, sino que viene auspiciado por otro movimientos pseudoterapéutico de carácter sectario que se basa en su "Nueva Medicina Germánica", y vía el cual está creciendo su número de víctimas. ¡Y también ha salido en la televisión pública! Otro día hablaremos largo y tendido de la bioneuroemoción.

Un pequeño puente en la historia. A modo de anécdota, Adelina Castillejo se convertiría en la defensora de la audiencia en la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales, puesto en el que recientemente fue sustituida por Laura Baladas, lo cual me permite dotar a esta historia de cierta continuidad para contar la segunda parte del asunto.

Hace un par de días apareció Teresa Ilari en el programa "Retrats" de la televisión catalana pública conducido por (un periodista desconocido para mí) Jaume Barberá.  Un allegado seguidor de tu trayectoria profesional te definió como "un buen profesional en su día que cada vez está perdiendo más el norte" (curiosamente, es la misma definición que he escuchado de divulgadores de referencia para la sociedad como Punset).

En dicho programa, que se puede encontrar aquí, Teresa Ilari suelta, en calidad de doctora, un compendio de afirmaciones erróneas sobre la salud y el agua de mar. De Teresa Ilari sólo conocía una cosa antes, y era por vía de mi investigación sobre la bioneuroemoción: ha "tratado" los tumores de alguno de sus pacientes con agua de mar (y, si no entendí mal, también con orinoterapia). Sólo por este tema, ya estoy preparando una queja formal ante el Colegio Oficial de Médicos de Barcelona.

Pero entiendo que los promotores de un programa no tienen por qué saber nada de esto, por lo que mi primera reacción fue plantear una queja a la defensora, Laura Baladas, simplemente por difundir información de salud o nutrición no basada en la ciencia, sea cual fuere, dado que dicha difusión genera un caldo de cultivo que hace que la sociedad se separe de los conocimientos reales que tenemos sobre qué funciona y qué no, y termina abrazando prácticas "alternativas" cada vez con menor sentido. Puse como ejemplo el dato anteriormente mencionado de la mala praxis de la doctora, esperando que se aplicaran filtros más estrictos a la hora de elegir a los entrevistados del programa.

La primera respuesta se centró en el tema del cáncer ("en el programa no se ha hablado del cáncer") y en que la doctora fue elegida por su papel ejemplar en el movimiento de la implantación de terapias con agua de mar en Nicaragua. Y lo presenta así, como un logro. Para alguien no demasiado versado, es el equivalente a que le digan "ha sido elegida por su papel ejemplar en la implantación de terapias de micropapiroflexología en Nicaragua".

Vuelvo a responder. Esta vez centrándome en las afirmaciones incorrectas sobre el uso de agua de mar: los peligros de su consumo y la falta de validez científica. Expongo que consultes con profesionales cualificados antes de emitir una opinión, dado que alguien incompetente en una materia puede no darse cuenta de su propia incompetencia y estar creyéndose ilustrado en un tema en el que no es capaz de discernir entre realidad y ficción y tratando de lego a gente con más conocimiento que él sobre el tema (el conocido como efecto Dunning-Kruger). También contesto diciendo que Nicaragua es, precisamente, un malísimo ejemplo en temas de salud. Textualmente digo que es un país tercermundista en temas de salud. En parte, porque recientemente se ha implantado una ley de "terapias alternativas" que, entre otras, ha incluido la "Nueva Medicina Germánica" como legal. Recuerda a Ana Pena, a Helena Lumbreras, a Michaela Jakubczyk, incluso a Moriano. En Nicaragua, gracias a esa ley, pueden "tratarte" un cáncer con eso de forma legal.

Y aquí llega el punto culminante de la historia, porque me pongo a hacer una simple consulta en Google para obtener referencias de este punto anterior. Me encuentro con lo siguiente:
http://timefortruth.es/2013/07/08/nicaragua-un-ejemplo-a-seguir-ley-de-medicina-natural/

Te dejo un instante para que lo leas con calma y dejes reposar un poco esa información. Los "logros" de esta doctora me reafirman en lo que en la primera respuesta ya añadía que deberían ser constitutivos de retirada del título por faltar a su deontología profesional difundiendo tratamientos no validados por su medicina. Pero no esperaba que violara dicha deontología de una forma tan perversa (con toda la buena voluntad del mundo con la que pueda estar haciendo las cosas; de buenas intenciones, está el infierno empedrado).

Mientras me encuentro con todo esto, la respuesta me llega, en esta ocasión, por parte de Barberá (con "consultar a expertos" no me refería a Barberá, señora Baladas, me refería a un experto en salud). Para ser un periodista tan valorado como me lo presentaban, esperaba que tuviera algún tipo de preparación en el terreno de falacias argumentales. Como indico en el "tweet", "mil millones de moscas no pueden estar equivocadas". Las respuestas a sus preguntas, señor Barberá, son "sí", "sí" y "por puro marketing".

El primer "sí", porque esas empresas (y muchas, muchas otras; demasiadas) están funcionando gracias al desconocimiento de la gente que supuestos profesionales como tú deberían ser capaces de filtrar al primer vistazo como "charlatanería" (y, si no eres capaz de reconocerlo, volviendo al Dunning-Kruger, contactando con conocidos en el ámbito de la medicina que a buen seguro tengas, más allá de Ilari). Por cierto, parecería que por no ser "tercermundista" en Barcelona no se la pegan a nadie. Curiosa suposición teniendo en cuenta que se está convirtiendo en el feudo de Pàmies, Forcades, Odiles, Verdaguers, Corberas... (y ya, añado, Ilaris). Barcelona es el tercermundismo del pensamiento crítico en España. Cuanto antes seas consciente de ello, quizá antes puedas ayudar a ponerle solución.

El segundo "sí", porque tal vez hayas hecho bien tu trabajo, y sean todos esos profesionales quienes sean malos profesionales y estén sirviéndose de gente como tú para promover (con intereses que desconozco, si los hay) supuestas terapias sin validez científica alguna. Supuestos profesionales que, como Hamer o Herrera en su día, van a tener serios problemas si (más bien, cuando) alguien les confronta con sus Colegios profesionales (y aquí aprovecho para añadir que, maldita sea, va siendo hora de que los Colegios Médicos limpien de oficio su casa de todos los fraudes que les están robando un prestigio cada vez más mermado en la sociedad). Cuando un profesional habla públicamente de su campo, lo debe hacer en cuanto a las convenciones ampliamente aceptadas, y no en cuanto a sus opiniones personales sobre el mismo. De otra forma, está faltando al compromiso con su profesión. Afirmaciones en contra de la validez de las vacunas, o la propuesta de curación de cánceres con la dieta, o "tomando conciencia de tus conflictos", o con agua de mar, son mensajes que simplemente nuestra sociedad no se puede permitir. Que, sobre todo tú, no puedes permitirte difundir. Y, sin embargo, lo haces.

A ambas de estas dos preguntas, mi más contundente "sí", porque habéis tenido homicidas ante vuestras narices y micrófonos (por práctica directa o por la difusión de sus principios) y no habéis sido capaces de reconocerlos. No una vez, ni dos. Barcelona es un hervidero de charlatanes, y a fuerza de roce, os han acabado convirtiendo en cómplices de sus charlatanerías (como pasó con Punset, quizá). Y cómplices de sus charlatanerías significa cómplices de sus muertes. Me permito un pequeño recuerdo para Albert López. Otra víctima y a la vez difusor de propuestas que sólo niegan la crudeza de una realidad muy injusta y jodida a veces, y que suponen una huida hacia delante, hacia un precipicio en el que te dejarás la cartera a buen recaudo en los bolsillos de gurús ajenos. Propuestas que, como Ana Pena, algunos creen que están funcionando cuando las difunden y, para cuando se dan cuenta de la realidad (o cuando sus promotores están en la cárcel), el daño ya está hecho y difundido a los cuatro vientos.

A la tercera respuesta, que también responde un poco a la primera, te pondría el ejemplo rápido de las tabacaleras. Su producto es evidentemente dañino, pero la legislación se escuda en la supuesta libertad del individuo para decidir su elección con su criterio. Digo supuesta libertad, porque como periodista sabes bien que, sin información veraz, no hay libertad real. Como Helena, como Michaela, como Ana, cuando te presentan los cantos de sirena, si no tienes toda la información, no puedes elegir en libertad. Y no puedes elegir en libertad si los medios te están bombardeando con desinformación como que, en este caso, el consumo agua de mar es saludable. Si incluso conociendo los males del tabaco hay gente que fuma, ¿qué no van a hacer si se les ofrece un discurso tan atractivo? En el mejor de los casos sólo se están dejando el dinero en un producto inocuo (y yo a esto le llamo estafa, como el infame caso de las PowerBalance). En el peor... a estas alturas del discurso espero que haya quedado claro.

Barberá. Baladas. Has llegado (los medios de comunicación en general, si eso te consuela) a un punto en el que no tienes criterio alguno para discriminar entre ciencia y pseudociencia. Probablemente no eres consciente de ello y pensarás que lo eres. Justamente en eso se basa el efecto Dunning-Kruger. Justamente eso te hace tan peligroso, siendo el responsable de los filtros de la información a la sociedad. Ojo, no digo que seas ignorante, y ni siquiera esto es algo malo per se. Todos somos ignorantes; la diferencia es nuestra actitud cuando nos colocan delante el conocimiento. Unos se aferran a sus prejuicios y cierran los ojos a la evidencia, enarbolando excusas a cual más absurda o delirante. Otros, simplemente, asumen que estaban equivocados, aprenden, y mejoran como individuos y en sus profesiones. Como co-responsable de la salud pública, espero mucho, mucho más de ti de lo que has mostrado hasta ahora. Tendrás más oportunidades para probarlo (y no hablo de la falsa "equidistancia" diciendo "también muestro lo que dice la otra parte"; uno no muestra lo que opina "el maltratador" o "el terrorista" cuando esa parte no tiene razón alguna y, si no tienes claro que no tenga razón alguna, quizá puedas darte ahora cuenta de tu Dunning-Kruger y salir de él).

P.D.: La osteopatía es otra pseudociencia, efectivamente, pero como soy un gran desconocedor de las sutilezas del mundo de la fisioterapia en deportes (y aún más del fútbol) y del papel inocuo o contraproducente de la osteopatía en él, y en general me limito a exponer los argumentos de profesionales que hablan con rigor de lo que la ciencia dice en su campo, consultaré con ellos y dejaré en los comentarios la respuesta al último punto (que en algún momento extenderé en otra entrada), en un ejemplo práctico de lo que a ti te pagan por hacer y no haces (o haces mal), a mí sólo me quita tiempo, y a otros les supone el dinero y hasta la vida.

viernes, 3 de abril de 2015

Histeria colectiva

No sé si es el término adecuado, pero esta mañana le estaba dando vueltas y no se me ha ocurrido otro mejor. Me refiero al efecto que está provocando el cáncer (los cánceres) en la sociedad actual.

El cáncer está por todas partes. No sabes cuándo puede aparecer, ni a quién le va a tocar, ni si esa persona se va a curar o no. Es como una ruleta rusa que ha sembrado el pánico entre la población desde hace décadas. Sin embargo, no es un pánico desesperado y repentino como el de, por ejemplo, la peste negra, una epidemia de acción tan rápida que la población queda mermada sin tener tiempo de reaccionar. El cáncer se lo toma con calma, y esta lentitud en su progreso imparable -a veces también fulminante, aportando un grado más de incertidumbre- ha llevado a las personas a construir en torno a él cientos de estrategias espirituales y físicas, con las que se pretende hacerle frente. Ya no existe sólo el miedo a la muerte: ahora existe también el miedo al cáncer como una sección aparte y plena de significado. 

Del mismo modo que el miedo a la muerte ha creado religiones en torno a ella, el miedo al cáncer está creando corrientes New Age en torno a él que ofrecen sanaciones espirituales que supuestamente servirán para prevenir la enfermedad; está creando curaciones milagrosas con bicarbonato, prevenciones mágicas oliendo limones, métodos de meditación colectiva o aislada que nos harán sanar, métodos de contacto con la energía universal que nos curará si enfermamos, métodos mediante hierbas que nos curarán de un día para otro, miles de estudios que enloquecidamente claman que cualquier alimento causa cáncer, miedos irracionales y obcecados a la química y a los laboratorios, y pánico a la medicina tanto si se opta por ella como si no, con la combinación de cirugía, radioterapia y quimioterapia como tratamiento contra el cáncer.

Todo este montón de estrategias, de las que cada cual elige una o varias, o acaso ninguna, no son más que mecanismos de defensa para ocultar el miedo. Han surgido porque el cáncer ha dado tiempo a que hayan surgido, por su proceso lento e implacable. Es de esperar que, dado que el cáncer no es tan inevitable como la muerte, llegue el día en que sea totalmente curable -y la cura sólo llegará por la ciencia, no por la superstición- y todos estos mecanismos se derrumben como un castillo de naipes.

jueves, 2 de abril de 2015

Posible noticia

Mucha gente se pregunta qué mal puede hacer creer en tal o cual cosa. Uno de los problemas es que, en ocasiones, esa gente creyente alcanza puestos de responsabilidad donde de su gestión depende el bienestar de terceros. Esos creyentes pueden ser padres, estudiantes de medicina, políticos...

En un mundo en el que una terapia como la bioneuroemoción, por ejemplo, llegase a todos los rincones, podría darse una noticia como ésta:



¿Es esto lo que queremos? Pregunto.

domingo, 29 de marzo de 2015

Sesgo de confirmación y cherry picking

Cuando me dedicaba a la programación, mis programas siempre funcionaban bien. Al menos, hasta que los probaba otra persona. Porque cuando los probaba yo, solía introducir datos que sabía que iban a ir bien. Si el programa consistía en coger tres números y sumarlos, yo metía tres números monísimos y aquello los sumaba. Otro usuario metía, a lo mejor, un signo de interrogación en vez de un número, y entonces mi programa se iba a la porra, allí no se sumaba nada y daba un error catastrófico. Pero yo seguía con mis pruebas benévolas, y mis programas ¡funcionaban!

Lo que yo hacía se llama falacia de supresión de pruebas (o cherry picking): mi programa funcionaba porque estaba olvidándome de todas las pruebas en las que otros usuarios hicieron que fallase. Para mis valores funcionaba, y entonces el programa era bueno.

El sesgo de confirmación es un ejemplo de este tipo de falacia. Creo que todos somos víctimas en algún momento de este tipo de sesgo. Consiste en recordar sólo aquellos casos en los que nuestra creencia se ve confirmada. De esa forma, deducimos que la creencia es cierta, olvidándonos de todos aquellos casos que no hemos tenido en cuenta.

Por ejemplo, imagina una enfermera en un hospital. Una noche cualquiera nacen once niños y alguien comenta: "caramba, ¡cuántos niños!", y asienten y ya. Dos días después, es noche de luna llena. Nacen nueve niños. "Caramba, ¡cuántos niños!". Y alguien dirá: "En luna llena siempre nacen más niños". Y nadie recordará que dos días antes nacieron más niños que en la luna llena, porque el sesgo de confirmación se centrará en los que nacieron en luna llena, y la enfermera se irá a casa con el convencimiento de que en luna llena nacen más niños. En el libro de Thomas Gilovich "Cómo sabemos que no es así" se habla del caso de los bebés en luna llena y de los estudios que se han hecho, que han confirmado que no, no nacen más bebés en luna llena. Os recomiendo el libro encarecidamente, es oro puro. También se trata el tema en muchos artículos como éste.

Otro ejemplo es un compañero de trabajo. Afirma, bromeando, que tiene el superpoder de mirar el reloj cuando son las 13:13, las 14:14, las 15:15, etc. Lleva un mes trabajando con nosotros y, ciertamente, en dos ocasiones miró el reloj e hizo la observación. Pero no contó cuántas veces había mirado el reloj esos días y no halló ese tipo de hora en absoluto. Las que cuentan para él son las que sí acertó, y para él seguirá teniendo ese superpoder mientras, al menos una vez en el próximo año, descubra ese tipo de hora cuando mire el reloj.

Otros ejemplos archiconocidos que hacen a la gente creer en la telepatía es el famoso: "Soñé contigo y ahí estás, qué casualidad", o "estaba pensando en ti y justo llamas". Todos estos son sesgos de confirmación, porque probablemente has soñado más veces o has pensado más veces en esa persona y no apareció ni llamó, pero el día que lo hace, ¡milagro! A las personas nos cuesta mucho creer que las casualidades existen (por eso se llaman así). Pero a lo largo de días y días, lo extraño sería que jamás se dieran esas ocurrencias que tan "mágicas" nos parecen. Al final, es estadística y probabilidad.

Otro ejemplo son las pseudoterapias. Uno cree que funcionan porque quizá en algún caso han ido bien. Pero la persona se olvida de que hay muchos otros casos que no han ido bien y que confirman que, como mis programas informáticos, las pseudoterapias son una chapuza.

En esta fase del "curso" deberías empezar a intentar ser consciente de cuándo estás aplicando un sesgo de confirmación. Detectar sesgos es parte del pensamiento racional, y es muy útil a la hora de discernir qué es verdad y qué no lo es, y sobre todo cuándo te están intentando tomar el pelo (una buena pista es darte cuenta de si lo que estás viendo o te están diciendo concuerda con lo que ya pensabas o te gustaría que fuera verdad).

domingo, 22 de marzo de 2015

El diablo está en los detalles (II)

Una pequeña lista de preguntas que nos pueden poner en la pista sobre esos detalles:

-¿Quién lo ha dicho?
-¿Qué gana con haberlo dicho? (O qué pierde otro)
-¿Cómo se gana la vida?
-¿Dónde lo ha publicado?
-¿Qué gana el lugar donde lo ha publicado?
-¿Cómo gana dinero el lugar donde lo ha publicado?
-¿El titular de lo que ha dicho se corresponde con lo que ha dicho?
-¿He entendido los términos de lo que ha dicho?
-¿Lo que ha dicho se sustenta con pruebas?
-¿Sé reconocer en este campo lo que es una prueba de lo que es una anécdota?
-¿Podrían estar falseadas dichas pruebas?
-¿Están enlazadas dichas fuentes?
-¿En qué lugar están publicadas?
-¿Sé distinguir si el lugar de publicación es riguroso o no?
-¿Qué gana el lugar de la publicación con hacerlo?
-¿Cómo gana dinero el lugar de la publicación?
-¿Está refrendado por otros lugares independientes, e incluso críticos?
-¿Puedo estar seguro de que lo que ha dicho ha pasado en realidad, o se lo puede haber inventado totalmente?
-Si la noticia es sobre salud, ¿se está hablando de algo ya de uso clínico en pacientes, o de fases experimentales? ¿Las fases experimentales son ya en humanos o únicamente en modelos animales, "in vitro" o por simulaciones?
-¿Hay algún "podría" que han intentado venderme como "es así con seguridad"?
-¿He investigado en internet si la autoridad que me ponen como referente es a su vez un fraude? (Por ejemplo, buscando "X fraude", "X estafa", "X escéptico", "X mentira"...)
-¿Ha pasado un tiempo prudencial como para saber si lo que ha dicho haya podido ser corroborado o refutado?
-Si ha pasado el suficiente tiempo, ¿ha variado el conocimiento o práctica de X o se mantiene igual?
-¿Ha cambiado sustancialmente algo en el mundo después de la aplicación de ese X?
-¿Entiendo las implicaciones en otros ámbitos de que lo que me haya dicho sea verdad o falso?
-¿Conozco las bases fundamentales en el área por las cuales lo que ha dicho pueda ser verdad o falso?
-¿Conozco todos los pasos intermedios que tienen que tener lugar para que lo que se ha dicho pueda cumplirse o no hacerlo?
-¿Me lo está pintando como algo muy sencillo?
-¿Hay cientos de personas que llevan trabajando durante años o décadas en eso que aparentemente él ha resuelto sin problemas?
-¿Conozco cuál es la opinión predominante de los profesionales de ese sector o de otros relacionados?
-¿Se me ha ocurrido pensar que quizá sufra de algún problema psiquiátrico (¡o yo!) y que lo que ha dicho sea producto de un desvarío, o que está difundiendo el posible desvarío de otra persona?
-¿Puedo estar sobrestimando mi suposición sobre el conocimiento de dichas bases (también conocido como Efecto Dunning-Kruger)? (¿Por qué el cristal de las ventanas es transparente?)

Con esta lista tenemos una primera batería de pruebas para detectar posibles problemas a cualquier afirmación que nos llegue por cualquier medio.

Por ejemplo, el ADN se degrada en pocas décadas. Los fenómenos cuánticos desaparecen por interferencias entre otras partículas y no se conservan más allá de ultravacíos y temperaturas cercanas al cero absoluto: no hay nada "cuántico" a nuestra escala. "El observador" es en realidad un aparato de medición, no interviene la consciencia en el experimento de la doble rendija. La investigación en epigenética está a día de hoy en pañales y casi toda se hace con animales de laboratorio (además de que una mutación de ADN no tiene por qué ser necesariamente dañina, no se transmitirá a nuestros hijos si no se ha producido en una célula germinal, los cambios en la química del ambiente pueden no ser sustanciales como para provocar efectos, y desde luego hay un límite en la intervención de las emociones en nuestro sistema inmune). La radiación electromagnética es otra forma de llamar a la luz; la luz visible es millones de veces más energética que la que se usa en radiofrecuencias, y ni aún así tiene la energía suficiente para mover un solo electrón de un átomo (por tanto, no puede provocar cambio químico alguno), para lo cual necesitaríamos radiación ionizante del rango energético del ultravioleta en adelante (además, la aleatoriedad tiende a mostrar agrupaciones esporádicas, no un reparto homogéneo y perfectamente distribuido). El agua está formada por millones de moléculas de H2O en constante movimiento, no puede mantener más estructura que la de una piscina de pelotas de plástico constantemente agitadas durante los instantes en los que sacamos a un pequeño monstruo de ella. Se denomina genéricamente receptor olfativo a una estructura química especializada en acoplarse a determinadas sustancias químicas (que a su vez se llaman aromas pero no tienen por qué oler nada bien) que puede estar presente en varias partes del cuerpo (y el ensayo era in vitro añadiendo el aroma a la célula -no pasando "por la nariz" al torrente sanguíneo de alguna forma mágica-, había varios "podría", ... demasiadas cosas mal para enumerarlas, aquí lo explican mucho mejor).

Y, lo más importante, nada de las anteriores explicaciones son tampoco tan simples. Es más, podría haberlas explicado perfectamente mal, más te vale contrastarlo con gente que sepa más. Soy humano, soy falible. Más cosas de las que pensamos lo son: normalmente, si te caes de un rascacielos, te matas, pero hay gente que lo ha hecho y ha seguido con vida, porque nada es tan simple.

El diablo está en los detalles (I)

No hay peor mentira que una verdad mal entendida y peor explicada.

Nuestros procesos de aprendizaje funcionan a base de contrastar la nueva información que recibimos (que raramente es pormenorizada en algún campo, sino genérica) con la previamente adquirida, baremando si dicha información es coherente, si nos parece verosímil con los datos que teníamos.

Este proceso plantea ya un problema: ¿qué ocurre cuando el dato previo entra en conflicto con el nuevo? Dependiendo de la actitud que tengamos con respecto a quien nos la provee, puede que seamos suspicaces y la desechemos, que sustituyamos la antigua con la nueva (aunque siempre puede quedar un "grabado residual"), o en ciertos casos, que no sepamos cuál es la buena y las almacenemos las dos con la esperanza de dilucidar en un futuro la correcta.

Un orador hábil, sobre todo si llega antes que una fuente corroborada, es capaz de implantarnos falsos conocimientos que no tendremos reparo alguno de difundir a otras personas. Veamos algunos ejemplos (ficticios unos, reales otros), ninguno de los cuales pueden venderse como ciertos tal y como están planteados y con el estado actual de conocimientos:

-El ADN de los dinosaurios se pierde durante su fosilización, pero un mosquito que quedara atrapado en ámbar conservará en sus tripas su sangre extraída, que podría usarse para clonarlos.

-La Física Cuántica nos explica, según el Principio de Incertidumbre de Heisenberg, que no podemos saber con una precisión arbitraria la posición y cantidad de movimiento de una partícula, por lo que podríamos estar en varios sitios a la vez, lo que explicaría los viajes astrales.

-La Física Cuántica nos explica que cuando un observador mira la trayectoria de una partícula en el famoso experimento de doble rejilla, esta pierde su superposición de estados que le permitiría estar en varios sitios a la vez y colapsa en una trayectoria determinada, lo cual corrobora que somos nosotros quienes creamos la realidad al observarla.

-Los recientes hallazgos en epigenética muestran que nuestro ADN se reconfigura dinámicamente en función de las metilaciones que sufra por cambios en su ambiente, y éste cambia en función de nuestro estado de ánimo, lo que a su vez influye en nuestro sistema inmune, de forma que podemos transmitirle a nuestros hijos enfermedades causadas por nuestros conflictos.

-Tras la instalación de antenas de telefonía en un vecindario, no sólo ha empeorado la percepción del estado de salud de los vecinos sino que una cantidad de niños por encima de la media ha desarrollado linfomas a causa de la radiación electromagnética.

-Tras sacudir enérgicamente una solución acuosa en la que se añade un soluto, se forma una organización supramolecular del solvente, una estructura que mantiene las propiedades del soluto, otorgándole a la solución acuosa la capacidad de retener las capacidades químicas del soluto aunque la mayor parte del mismo se retire de la dilución, motivo por el que puede funcionar la homeopatía.

-Oler un limón puede prevenir el cáncer, dado que, como componente principal de los aceites esenciales, los terpenos pueden inhibir el crecimiento de diferentes células cancerosas. Los investigadores de la Ruhr-Universität Bochum encabezados por el Prof. Dr. Hanns Hatt han analizado este proceso en detalle en las células de cáncer de hígado. Ellos arrojan luz sobre los mecanismos moleculares que dieron lugar a las células cancerosas dejan de crecer, a raíz de la aplicación de citronelal, y probaron que la OR1A2 (receptor olfativo) es la molécula crucial para ese propósito. En el futuro, el receptor olfativo podría servir como diana para el diagnóstico de cáncer de hígado y su terapia.

Quizá si lees esto y estás medianamente versado en ciencia, habrás visto al vuelo dónde están las trampas, pero si no, quizá te haya sonado convincente. Es el tipo de frases que suspenden nuestra incredulidad en el cine, pero también en medios de comunicación, en pseudociencias o en pseudoterapias varias.

Si alguna de ellas te colaría como cierta, o incluso ya crees que lo es, tienes un problema. A menos que quieras empezar a estudiar bioquímica o Física Cuántica (de la de verdad, no la "física cuántica" de mercadillo que venden muchos iluminados, con "yo cuántico", "conciencia cuántica", "mente cuántica" o hasta "flanes cuánticos" como les den cancha para seguir añadiendo "cuántico" a sus "cuenticos"), la solución rápida pasa por admitir que uno no tiene las nociones suficientes en esos temas para saber si la propuesta es cierta o falsa, o incluso si aún no se sabe con certeza y no se puede "vender" como cierta, y pedir consejo a profesionales del tema.

Ahora, el diablo está también en ese otro detalle. ¿Tienes las nociones suficientes para saber quién es un profesional cualificado en alguna de esas áreas, o alguien podría hacerse pasar por uno y no te enterarías? ¿Sabrías distinguir a un profesional "normativo" de ese sector de uno que tuviera ideas divergentes del consenso ampliamente aceptado de su grupo profesional?

sábado, 21 de marzo de 2015

Emoción versus razón

El otro día, en un grupo de Facebook dedicado al desprendimiento de retina, una chica compartió un vídeo y escribió: "Me ha gustado porque hablaba de las emociones". Lo estuve viendo un rato y me encontré con un timo en el que una señora afirmaba que te podías curar de la miopía si hacías cosas que te gustasen, si llevabas una vida acorde con tus preferencias y que te hacía feliz.

Yo llevo esta clase de vida. Y mi miopía no disminuye.

La casualidad es que el único ejemplo que ponía era el de una anciana a quien su médico le había dicho que no necesitaba las gafas. La timadora olvidó mencionar que la presbicia compensa la miopía, con lo que puede llegar un momento en que veas bien sin gafas si padeces ambas.

La chica que compartió el vídeo lo hizo con la mejor de las intenciones, "porque hablaba de las emociones". La gente, especialmente las mujeres, oye la palabra "emociones" y deja de razonar. Esta chica era incapaz de pensar que la estaban timando, sólo porque le decían en el vídeo que "ser fiel al corazón y al propio yo" te cura. Este tipo de frases tienen gancho, y son muy utilizadas por timadores y charlatanes, que conocen muy bien los efectos que causan en la gente. No en vano suelen ir acompañadas de frases como "hay que escuchar al corazón, no a la mente", "no penséis tanto, sentid más", y similares, en un claro llamamiento a nuestra parte animal, dejando nuestra parte más humana, la razón, de lado.

Sí, nuestra parte más humana es la razón, la capacidad de pensar, de ser conscientes de nuestra propia existencia y actuar en consecuencia. Cualquier animal puede sentir emociones; sólo el ser humano puede pensar como un ser humano. Cuando se dice de alguien que es "muy humano" para hablar de que tiene una gran sensibilidad emocional, es lo mismo que decir que nuestro corazón siente tal o cual cosa. Ni alguien es muy humano por sentir, ni el corazón siente nada (los sentimientos se generan en el cerebro). Son formas de hablar ampliamente aceptadas que no pretendo cambiar, pero sí que al menos seamos conscientes de que lo decimos no es del todo correcto.

Si alguien os dice que no penséis, sospechad. ¿Por qué alguien querría de vosotros únicamente vuestra parte animal o instintiva? Es fácil que quiera obtener algo de vosotros a cambio de humo. La razón es el arma que ha llevado a la raza humana hasta su posicíón de superioridad frente a otras especies, siendo capaz de dominarlas, utilizarlas y, lo que sería deseable y no siempre sucede, protegerlas. Tus sentimientos y tu razón te convierten en la persona que eres, pero sólo eres consciente de ello gracias a tu razón. Si no observas ambos, no te estás viendo a ti. Si no utilizas ambos, no estás siendo tú. Por eso, desde aquí, te insto a pensar y a sentir a la vez. Cuando intenten timarte apelando a tus sentimientos, ¿quién mejor para protegerte que tu razón y tu espíritu crítico?

Para salirse con la suya y convencer, los charlatanes o timadores suelen alegar que sólo se puede ser feliz y hacer lo correcto cuando escuchamos a nuestros sentimientos. Sin embargo, es importante saber que la razón puede llevarte por el camino correcto. Voy a poner un par de ejemplos para reflexionar sobre ellos:

1. Eres madre y tienes un hijo de cuatro años. El pequeño se pone a llorar porque quiere chucherías y tú le quieres tanto que quieres complacerle a todas horas. Te sientes culpable cuando le niegas algo y, cuando te llama "mala", te sientes morir. ¿Es mejor ceder y darle las chuches dado que todos tus sentimientos apuntan a ello, o es mejor razonar y pensar que si come chuches no va a comer luego la comida nutritiva que has preparado para él?

2. Eres una mujer maltratada. Amas a tu marido, quieres ayudarle con toda tu alma. Pero te pega. Puedes hacer caso a tu corazón y quedarte con él, o puedes pensar, aunque te sientas destrozada, que mereces mucho más y que debes alejarte, confiando en que en el futuro tus sentimientos cambiarán y podrás dejar de sentirte culpable y/o infeliz.

Reflexiona sobre ello. Piensa dónde actúa la razón, dónde los sentimientos, y a cuál debes hacer caso. Son tus primeros deberes en el curso de defensa contra las artes oscuras. :-)

jueves, 19 de marzo de 2015

Tengo un cerebro y estoy dispuesto a utilizarlo

La varita mágica con la que puedes contar siempre en el mundo real es tu cerebro. Las mejores palabras mágicas para combatir las artes oscuras: "No lo sé".

Decir "no lo sé" es muy difícil. Poca gente saber hacerlo con soltura y dignidad, sin mirar para otro lado, rascarse una oreja o bajar la voz. Si nunca dices "no lo sé", probablemente necesites usar más tu varita mágica, es decir, tu cerebro. Suena contradictorio, pero la varita va con las palabras mágicas y no funciona la una sin las otras, ni viceversa.

Cuando admites que no sabes algo, significa que estás dispuesto a aprender, que tu mente está abierta a nuevos conocimientos, que entiendes que hay mucha gente que sabe más que tú. Es muy importante que sólo aprendas de quien también sabe decir "no lo sé". 

Ejemplos de cosas para las que deberías decir no lo sé porque, sencillamente, hoy por hoy nadie las sabe (aunque recordad que el conocimiento avanza a pasos agigantados y quizá cuando leáis esto ya se tenga alguna respuesta):

- ¿Qué es la materia/energía oscura?
- ¿Existe Dios?
- ¿Cómo surge la conciencia del mundo en el cerebro?
- ¿Cuál es el origen del Universo?
- ¿Qué hay dentro de un agujero negro?
- ¿Cómo funciona el efecto placebo (o el reiki o la sugestión)?
- ¿Cuál es la causa del Parkinson, del Alzhéimer, del ELA?
- ¿Por qué unas personas sufren remisiones espontáneas del cáncer y otras no?

Si crees que sabes las respuestas a estas preguntas, tal vez deberías revisar tu varita mágica. Si estás dispuesto a hacerlo, este es tu curso. Bienvenido y feliz viaje por el mundo de las varitas mágicas. :-)